En un mundo cada vez más tecnológico, los equipos de desarrollo están diseñando el futuro. Sin embargo, cuando las mujeres no están representadas en esos equipos, la innovación se ve afectada. La falta de mujeres en la tecnología, especialmente en industrias emergentes como blockchain y Bitcoin, genera productos que no responden adecuadamente a la diversidad de usuarios y perpetúa la desigualdad.
Uno de los ejemplos más discutidos es Amazon Alexa. En sus primeras versiones, fue criticada por no saber responder a comentarios abusivos hacia mujeres. Alexa, desarrollada mayoritariamente por hombres, normalizó el maltrato verbal al no ofrecer una respuesta adecuada a comentarios sexistas. Según The Guardian, Amazon tuvo que corregir este problema tras ser señalado como un error grave de diseño.
El caso del Apple Watch también es revelador. Aunque el dispositivo monitoreaba múltiples métricas de salud, omitió el seguimiento del ciclo menstrual en sus primeras versiones. Esta omisión provocó una ola de críticas hacia Apple por ignorar una necesidad fundamental de salud para las mujeres, un descuido que podría haberse evitado si hubiera habido más diversidad de género en los equipos de desarrollo.
Otro ejemplo de cómo la falta de mujeres afecta el desarrollo tecnológico es el sesgo en la inteligencia artificial (IA). Las investigaciones muestran que los algoritmos de reconocimiento facial son menos precisos al identificar mujeres y personas de color, lo que puede llevar a errores importantes. Un estudio del MIT Media Lab reveló que los algoritmos tienen un desempeño significativamente peor en mujeres de piel oscura que en hombres blancos, un fallo que refuerza estereotipos dañinos
Como señala Melina Masnatta, cofundadora de Chicas en Tecnología, “La tecnología está moldeada por los sesgos de quienes la diseñan. Si esos equipos no son diversos, perpetúan desigualdades y generan productos que no representan a toda la población”.
La industria blockchain y Bitcoin ha sido promovida como una revolución inclusiva, pero la brecha de género sigue siendo evidente. Según un estudio de Coin Dance, solo el 19% de las personas en la industria cripto son mujeres. Esta baja representación afecta tanto a las oportunidades profesionales de las mujeres como a la calidad de los productos que se desarrollan en este espacio.
En una entrevista reciente, Gloria Zhao, desarrolladora de Bitcoin Core, señaló la importancia de ser cuidadosos en las modificaciones del protocolo de Bitcoin, mencionando que a veces es necesario “invasivamente cambiar algo para hacerlo más escalable”, pero siempre con cautela. Esto refleja la necesidad de incluir diversas voces en la toma de decisiones cruciales, no solo para evitar sesgos, sino para fomentar la innovación y asegurar la sostenibilidad del sistema.
La blockchain y las criptomonedas representan no solo una revolución tecnológica, sino también una oportunidad de crecimiento profesional para las mujeres. Al tratarse de una industria emergente, aún hay espacio para que más mujeres se sumen a roles clave, desde el desarrollo de software hasta la gobernanza en redes descentralizadas.
Como señala Paola Sierra, especialista en STEM, “Cuando las mujeres participan en el desarrollo de productos tecnológicos, el resultado es una tecnología más inclusiva y representativa de la diversidad global”. Esto es especialmente cierto en la industria cripto, donde la innovación depende de la inclusión.
Cerrar la brecha tecnológica es fundamental no solo para crear productos justos, sino también para garantizar que las tecnologías del futuro sean verdaderamente inclusivas. La industria blockchain y Bitcoin tienen una oportunidad única de ser un espacio donde las mujeres puedan liderar y aportar su perspectiva, asegurando que la innovación tecnológica sea más equitativa y efectiva.